Parece que esta chica tenía que volver a casa caminando aunque por suerte, su vecino mulato apareció con el coche y se ofreció a llevarla a casa. La chica se sintió muy agradecida y además, no pudo evitar fantasear con lo que el tipo debe de tener entre las piernas. Lleva tiempo pensando en ello y cuando se quedó a solas con él, quiso recibir un pequeño castigo en forma de azotes y de polvete interracial sobre el sofá.