Tras su último examen, esta universitaria fue al despacho de su profesor esperando un sobresaliente, pero la nota que le puso no era la esperada. Ella necesitaba rozar la perfección y para lograr subirla, decidió usar sus pechotes y seducir a su maestro. El tipo no se pudo resistir a esos melones y finalmente, accedió a la petición de su alumna, echándole un bestial polvazo sobre la mesa de su despacho.
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