Con las gafas que lleva, esta rubia flaquita puede aparentar ser muy formal y nada atrevida. Pero cuando siente la llamada de la madre naturaleza, se transforma en toda una zorra y una tarde lo dejó claro en el sofá del salón. La chica comenzó a jugar a solas con su coño, hasta que apareció su marido y la pilló in fraganti. No quiso ninguna explicación, simplemente se puso cómodo y dejó que la muy golfa se subiese encima para montar su polla dura.
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