Aunque llegó cansado del curro, el marido de esta milf no pudo evitar complacerla al ver lo cachonda que andaba por casa. La morena deseaba montar su rabo y al final consiguió hacerlo, tras seducirle en el dormitorio con sus ojos azules y su cuerpazo natural. Los dos aun conservan las mismas ganas de sexo que tenían cuando eran jóvenes y para muestra, la follada casera que se marcan y que termina con la madurita esperando recibir su lefaen la cara.
Categorias: Maduras
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