Aunque tienen un apartamento donde pueden hacer lo que les de la gana, esta pareja fogosa no ha podido controlarse y en plena playa, empezaron a golfear. Ella comenzó a chuparle la polla entre las rocas, intentando no hacer mucho ruido ni llamar la atención, para que nadie les cortase el rollo. Fue una experiencia muy excitante y al final, ella terminó sin el tanga y gozando de los pollazos de su marido, que no paró de darle mientras disfrutaban de la brisa marina.
Categorias: Amateur
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