Cuando conoció a este chico mulato, tuvo claro que lo único que quería de él era lo que tenía entre las piernas. Quedaron para dar un paseo por el bosque, hasta que la morena gordita hizo un alto y se agachó para chuparle la polla. Era una verga enorme y después de sacarle brillo a su sable, se abrió de piernas y le dejó embestir su coño a fondo al aire libre y lejos de miradas indiscretas.
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