Desde el primer día que empezó a trabajar en esta casa, la joven niñera se fijó en el marido y en el tremendo paquete que tenía. Estaba empeñada en probarlo, pero como su mujer siempre andaba por casa, no podía hacer nada. Una tarde los dos se quedaron a solas y la negrita se empeñó en llevárselo al dormitorio, donde no dudó en bajarle los pantalones. El tipo le siguió la corriente y al final, hizo realidad los deseos de esa joven mulata, que se corrió de lo lindo con su pedazo de rabo.
Categorias: Negras
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