Tenía clase de yoga y cuando apareció, se encontró con dos de las alumnas en pelotas y haciendo posturas de lo más sexys. Para ellas hacerlo sin ropa era mucho más relajante, pero aun lo fue más cuando el chaval sin cortarse un pelo, empezó a meterles mano y a comerse sus coños. Ellas intentaron concentrarse, pero les fue imposible y finalmente, acabaron follándoselo en un trío juntas que sin duda fue una gozada.
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