Los padres de esta colegiala asiática tienen mucho dinero, tanto como para tener hasta chófer propio. La joven oriental lleva tiempo fijándose en el chico, hasta encontrar un momento a solas con él y poder intimar un poco. No quería tener problemas con sus jefes, pero la japonesa le puso tan cachondo que al final, no pudo evitar seguirle el juego y acabó bajándole las bragas, para probar su coño en un polvete a cuatro patas.
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