Todos sabemos lo golfa que es Asa Akira y que no es capaz de rechazar un buen polvo en cualquier circunstancia. Por eso, además de disfrutar del paseo en furgoneta que estos chicos le ofrecieron por la ciudad, quiso hacer algo placentero. La asiática se quitó la ropa y decidió disfrutar del paisaje, mientras uno de los chavales empotraba su coño contra los cristales del coche, algo que el resto de conductores pudieron ver con los ojos como platos.