Después de escuchar de boca de su amiga lo bien que rinde su marido en la cama, Angela White sintió curiosidad por probarla y tras hablarlo con ella, la chica quiso invitarla a casa para que de diera un festín. El marido estaba encantado con la idea y al final, los tres se lo pasaron en grande con un polvazo descomunal, en el que pudo gozar de las ubres de Angela con unas ricas pajas cubanas, mientras se turnaba para darles placer a las dos en un trío.
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